Publicado en El Periódico de Aragón el 26 de julio de 2023

Con estas palabras  del titular comenzaba su artículo “Manual de persistencia”, publicado en EL PERIÓDICO DE ARAGÓN el lunes 24 de julio, mi amigo José Mendi,refiriéndose a la capacidad de Pedro Sánchez para resistir y seguir ahormando voluntades en torno a un proyecto de modernidad y de progreso para España. Los enanos afeitados y miopes de la canción de Sabina no han podido con el “Gulliver Sánchez” que retraté con este título, en estas mismas páginas hace un mes, a pesar de que lo han acusado hasta de ser el loco en el país de los cuerdos. No lo han conseguido.

            Y no lo han hecho por dos razones fundamentales. La primera, porque los votantes del PSOE y de SUMAR nos hemos animado mutuamente a votar a uno u otro partido sin codazos, con generosidad y altura de miras, porque sabemos que ambos proyectos son necesarios para seguir configurando un Gobierno Progresista en nuestro país. Por primera vez en muchos años y espero que así siga siendo, no hemos escuchado descalificaciones groseras hacia el PSOE por parte de su izquierda, ni viceversa. Y muestra de ello fue el magnífico debate electoral en TVE, la cadena pública de todos, en el que Pedro Sánchez y Yolanda Díaz manifestaban mucho más que unas enormes coincidencias políticas, frente a una extrema derecha desorientada y una derecha extrema ausente. Y la segunda, porque las urnas expresaron con claridad el 23J que vivimos en una España multicolor, diversa, plural e intercultural en la que las opciones políticas que también representan estos valores han obtenido 26 escaños decisivos que nunca apoyarán el modelo de país excluyente e insolidario que simboliza PP y VOX. Para poder gobernar la España de hoy hay que saber conjugar los intereses sociales y los territoriales. Y eso solo sabemos y podemos hacerlo desde el PSOE y SUMAR.

Hay partido y lo vamos a ganar. Fue la última frase de otro artículo mío, publicado aquí el pasado 2 de junio, analizando los resultados electorales de la izquierda en las elecciones municipales y autonómicas que a mi juicio no auguraban un futuro en las generales tan pesimista como el que inicialmente se podía prever. Y efectivamente, el 23J se ha cumplido mi pronóstico. Recordemos que en las doce comunidades donde se celebraron elecciones el 28M para sus parlamentos autonómicos el PSOE tan solo perdió un 1,5% de los votos y un 5% de representación, frente a una merma del 43% de votos y el 64% de diputados que simultáneamente dilapidó Podemos e IU, juntos o por separado. El poder territorial de la izquierda se perdió básicamente por la debacle de Unidas Podemos. De haberse mantenido ese contexto en las elecciones generales, con un deterioro evidente de la imagen de Podemos y de sus líderes más representativos, que venían perdiendo cientos de miles de votos desde 2019, hoy Unidas Podemos se habría quedado, en el mejor de los escenarios dibujados por la ley D´Hont, con tan solo 12 diputados de los 35 que tenían, lo que hubiera imposibilitado cualquier alternativa progresista. Sin embargo, el nuevo partido SUMAR ha obtenido 31 diputados gracias a ese ilusionante proceso de unidad y de ausencia de ruido que ha conseguido imprimir la Vicepresidenta. Y el PSOE, no solo no ha perdido los miles de votos y decenas de diputados que le auguraban las múltiples encuestas privadas que han fallado más que una escopeta de feria y bastante más que el CIS —háganselo mirar— sino que ha aumentado dos escaños, hasta 122 y casi un millón de votos.

El PP clamará en el desierto argumentando que le corresponde gobernar por ser el partido más votado. Seguirá ejerciendo su permanente cinismo. Porque el partido más votado en las autonómicas andaluzas de 2018, con Susana Díaz al frente, fue el PSOE y en las autonómicas madrileñas de 2019 con Ángel Gabilondo o en las castellano-leonesas con Luis Tudanca también fue el PSOE. Y sin embargo el PP no tuvo ningún empacho en pactar con el extinto Ciudadanos y con VOX para gobernar ellos y no la lista más votada. Pero es que en el Ayuntamiento de Madrid, en 2019, la lista más votada fue la encabezada por Manuela Carmena de Más Madrid, lo que no impidió que el PP pactara con VOX y Ciudadanos para que Martínez-Almeida consiguiera la alcaldía. Y en 2023 ha sucedido lo mismo en Canarias, en Valencia, en Extremadura y en decenas de ayuntamientos donde el PSOE era mayoritario. En nuestro sistema político no gobierna la lista más votada, sino aquella que consigue un mayor número de apoyos parlamentarios. El señor Feijóo, si es cierto que cursó Derecho con mayor aprovechamiento que su antecesor en el cargo, debería saber que este principio jurídico es de 1º de Derecho Constitucional.

Queda mucho trabajo, claro está. Primero conseguir la presidencia del Congreso de los Diputados. Y después revalidar el Gobierno Progresista de Coalición que mayores y mejores derechos ha conseguido para España en unos años extraordinariamente difíciles. Los mantras de la derecha: ETA, Indultos, Sedición, Malversación, Sanchismo, están ya amortizados. Los españoles hemos dicho claramente que eso ya no influye en nuestras decisiones colectivas. Nuestro voto el 23J demuestra que hemos desenmascarado las mentiras de la derecha y sus políticas de odio. Es la hora de la negociación entre todos aquellos que seguimos apostando por una España plural y progresista, con transparencia y sin complejos de ningún tipo. Continúa el partido y lo vamos a seguir ganando.