Confíen en mí

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Artículo publicado en El Periódico de Aragón el 17 de noviembre de 2023

Estoy convencido de que la mayor parte de las personas que se están manifestando estos días ante las sedes del PSOE y en las calles y plazas de las capitales de provincia contra la constitución del segundo gobierno de coalición, profiriendo graves insultos contra Pedro Sánchez, aceptaron de buen grado el «confíen en mí» que el pasado 31 de octubre pronunció la princesa Leonor en su discurso institucional como heredera de la Corona. Yo también, a pesar de mi vocación republicana, quiero confiar en Leonor; sobre todo, porque su padre Felipe VI está rehabilitando, de alguna manera, el honor de una dinastía borbónica importada de Francia hace trescientos años con aquel Felipe V derogador de fueros históricos; una dinastía que nos trajo miles de muertos con las guerras carlistas entre borbones de hace ciento cincuenta años y que ha dejado para la Historia el reinado del felón Fernando VII, padre de la reina ninfómana Isabel II, de un rey promotor del porno en España como Alfonso XIII y de su nieto Juan Carlos I, el emérito, con delitos probados, aunque no juzgados.

            ¿Qué motivos racionales tenemos para confiar en la princesa Leonor? Ninguno. No hay una sola razón que ampare la confianza en una mujer que está en pleno proceso formativo, como todos los jóvenes a los 18 años, salvo que se acepte como acto de fe cuasi religioso, que la sangre azul que corre por sus venas le confiere un tipo de garantía superior a la roja que lo hace por las venas del común de los mortales. Pero la inmensa mayor parte de los manifestantes de estos días estoy seguro que confían en ella.

A diferencia de los manifestantes, yo también confío en que el nuevo gobierno de coalición presidido por Pedro Sánchez  seguirá haciendo políticas buenas para la mayoría de los españoles. Y lo hago basándome en datos empíricos y por tanto demostrables de la última legislatura sobre crecimiento de empleo en cantidad y calidad, aumento del salario de todos los trabajadores empezando por los que solo cobran el mínimo interprofesional, incremento de las pensiones con el IPC, progresiva descarbonización de la industria, becas y ayudas diversas para los estudiantes y los jóvenes en general, muchas más familias protegidas por el ingreso mínimo vital y una política fiscal que grava más a los que más tienen, entre ellos las grandes corporaciones energéticas y financieras, entre otras muchas consecuciones.

Pero no, estos datos que como afirmo son empíricos, demostrables y contribuyen decisivamente a que España sea una de las primeras economías europeas, no se los creen los que dicen que Sánchez y su gobierno van a destruir España. Son capaces de hacer actos de fe de imposible demostración e incapaces de aceptar la realidad racional y tangible. ¿Qué hay detrás de tanta irracionalidad?

En primer lugar hay mucha desinformación, favorecida en gran medida por determinados medios de comunicación aliados con la derecha política capaces de calificar de «normalidad democrática» la entrevista de Mariano Rajoy con Puigdemont y de «traición» cuando lo hizo Pedro Sánchez con Quim Torra o de aplaudir los pactos de Aznar con nacionalistas e independentistas vascos y catalanes para conseguir su investidura en 1996 y acusar a Sánchez de felón por hacer exactamente lo mismo. A esta política comunicativa se le llama manipulación informativa; algunos medios la realizan con más disimulo y otros son más ultramontanos, como aquel que dirige y presenta nuestro paisano turolense profiriendo insultos y descalificaciones variadas todas las mañanas al ritmo del pasodoble Suspiros de España.

Y en segundo lugar, lo que hay es mucho odio invadiendo demasiados ámbitos sociales. Los graves insultos al gobierno y a su presidente que profieren tanto Feijóo como Abascal y sus conmilitones no son gratuitos, van calando en la sociedad que acríticamente o llevados por la confianza que tienen hacia sus líderes, se los creen. Repiten hasta la saciedad que Sánchez es un dictador, un inmoral, un indecente, un cobarde, débil, caudillista, adanista, ególatra, golpista, amigo de Txapote y otras tantas lindezas de tenor similar. No caben más insultos. Y esto hace mucho daño, porque le están diciendo a la sociedad española que no pasa nada por utilizar el insulto y la descalificación. Si se hace en la sede de la soberanía nacional por qué no se va a hacer en la calle, en el bar, en las empresas o en los centros escolares. Lo podemos ver confirmado y aumentado en las manifestaciones de los últimos días.

La España plural, en la que cabemos todos, que salió de las urnas el pasado 23 de julio y se ve reflejada en el Congreso de los Diputados y en los pactos que el PSOE ha firmado con todos los grupos políticos de la cámara excepto PP, VOX y UPN, va a ser cada vez más fuerte y va a estar cada vez más unida en su diversidad. El «hay partido y lo vamos a ganar» que he dicho reiteradamente en estas mismas páginas, hoy ya puedo decirlo en pasado: lo hemos ganado.

Unas jornadas necesarias

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Díptico de las Jornadas “Lucha y represión durante el franquismo en Aragón (1960-1976)”. Texto Adolfo Burriel

Mi artículo publicado en EL PERIÓDICO DE ARAGÓN el 24 de octubre de 2023

Los próximos días 27 y 28 de octubre, en el Paraninfo de la Universidad de Zaragoza, vamos a poder asistir  a unas Jornadas tituladas “Lucha y represión durante el franquismo en Aragón (1960-1976)”, organizadas por un grupo de activistas políticos y sociales que quieren seguir poniendo en valor el trabajo que hicieron durante aquellos años tantas personas comprometidas con el final del franquismo y la llegada de la democracia, sufriendo la represión de la dictadura que llevó a muchos a la cárcel e incluso a la muerte.

            Las jornadas comenzarán el viernes con una ponencia del catedrático de Historia Contemporánea de nuestra Universidad, Julián Casanova y terminarán el sábado con otra conferencia a cargo de Nicolás Sartorius, abogado, político, sindicalista y actual presidente del consejo asesor de la Fundación Alternativas. Entre ambas ponencias se sucederán trece testimonios de otros tantos compañeros y compañeras que lucharon, vivieron y sufrieron en su propia carne la persecución, la detención policial y la cárcel en muchos casos, por el simple hecho de reivindicar las libertades de expresión, de reunión, de asociación o el derecho a la huelga que la ley mordaza de la dictadura franquista prohibía.

            «Es hora ya de pasar página», me argumentaba un viejo amigo al que invité a participar en las jornadas. Siempre contesto lo mismo a todos aquellos que me plantean ese tipo de consideraciones: «Efectivamente hay que pasar página y lo hemos hecho, pero no hemos cerrado todavía aquel horrible libro que tanto dolor produjo en la sociedad española; por eso son necesarios este tipo de actos». Claro que Nicolás Sartorius a quien acabo de nombrar habrá pasado página, no me cabe la menor duda; pero nadie le podrá devolver los seis años que estuvo en la cárcel por su militancia política y sindical, los tres últimos entre el 24 de junio de 1972 y el 25 de noviembre de 1975, en el llamado Proceso 1001, incoado por el temible Tribunal de Orden Público del franquismo contra diez dirigentes de CCOO que se encontraban reunidos en el convento de los Oblatos de Pozuelo de Alarcón. Los diez de Carabanchel, como eran llamados aquellos grandes compañeros, fueron indultados cinco días después de la muerte de Franco. Aún no habían pasado dos meses desde aquel funesto 27 de septiembre de 1975 en el que se produjeron los cinco últimos fusilamientos del franquismo, a pesar de la condena, la solidaridad internacional y la petición de clemencia de grandes personalidades como el Papa Pablo VI o el primer ministro sueco Olof Palme, entre otras muchas. Un año antes, el 2 de marzo de 1974, había sido ejecutado con garrote vil Salvador Puig Antich.

El dictador murió el 20 de noviembre de 1975 y como cuenta el periodista Miguel Ángel Aguilar, testigo de excepción de tres de aquellas cinco ejecuciones: «El Generalísimo iba a cerrar sus actuaciones como las había iniciado cuarenta años atrás: con fusilamientos al amanecer». “Así fueron los últimos fusilamientos de Franco” es el título del reportaje de Miguel Ángel Aguilar, recogido en su libro En silla de pista (Editorial Planeta, 2018). Su lectura sobrecoge, aún hoy, tantos años después. Pero después de la muerte del dictador, siendo presidente del gobierno Adolfo Suárez, los rescoldos del franquismo detuvieron y encarcelaron a muchos líderes obreros de diversos sectores por ejercer el derecho de huelga como las que se produjeron en Aragón en 1976 en las importantes movilizaciones del sector del transporte y de la madera.

Por todo esto las jornadas “Lucha y represión durante el franquismo en Aragón (1960-1976)” son muy oportunas y en la actual coyuntura política aragonesa y española, con una derecha que escribe al dictado de la extrema derecha en muchos asuntos, son aún más necesarias. Y lo son, porque el libro no se cerrará hasta que no se repare y reconozca la dignidad de las víctimas y se recuperen tantos miles de cuerpos que aún siguen enterrados en cunetas y en fosas comunes esperando que la Ley de Memoria Democrática los devuelva a sus familias para que descansen con el honor que merecen. Y estas jornadas son muy oportunas porque esta importante Ley, propuesta por el gobierno de coalición PSOE-UP y aprobada por el Congreso de los Diputados el 14 de julio de 2022 por una amplia mayoría de 173 votos a favor, está siendo cuestionada por PP y VOX que votaron en contra y que hoy gobiernan juntos en varias comunidades, siendo Aragón, lamentablemente, una de ellas.

No podemos permitirlo y por ello es importante que sigamos manifestando nuestra apuesta por la libertad y nuestra firme oposición a cualquier retroceso democrático que nos acerque a aquellos tiempos tan grises como los uniformes de la entonces llamada Policía Armada. La apuesta por las libertades y derechos democráticos, es sin duda uno de los objetivos más importantes de estas jornadas que estoy convencido van a ser un éxito.

Morro ‘preto’

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Artículo publicado en El Periódico de Aragón el 25 de agosto de 2023

Con la elección de la Mesa del Congreso con mayoría progresista el pasado 17 de agosto dimos el segundo paso en este partido que vamos a ganar, como he vaticinado en varias ocasiones en estas mismas páginas. Es un largo camino, pero ya nos advirtió el filósofo Lao Tse que los caminos, por largos que sean, siempre comienzan con un primer paso que, en este caso, dimos el 23J apostando por un modelo político progresista y plural, al que le ha seguido un segundo paso de 178 votos, eligiendo a Francina Armengol como tercera autoridad del Estado. Ese día tuve la absoluta e íntima convicción de que en pocas semanas daremos el tercer y más significativo paso reeditando el gobierno progresista de coalición presidido por Pedro Sánchez, para afrontar una segunda legislatura que esperamos y deseamos que no tenga que atravesar las tempestades que con solvencia ha habido que afrontar en la pasada. Como siempre, el optimismo de la voluntad gramsciano, al que estoy abonado, juega a favor de esta tesis, pero junto a esta opinión subjetiva hay razones objetivas que la apoyan.

            La más importante es que la construcción de la España plural y mestiza que el 23J dibujaron las urnas, solo puede hacerse con un gobierno PSOE-Sumar apoyado por el resto de fuerzas políticas que añadieron sus 26 votos a los 152 de los partidos coaligados. No hacerlo, supone asomarse al abismo al que nos llevaría una repetición electoral de resultado incierto. No hacerlo, supone que esos compromisos acordados para el reconocimiento y utilización en el Congreso de los Diputados de las lenguas cooficiales, la formación de comisiones de investigación para dilucidar el espionaje con Pegasus y los atentados de Barcelona y Cambrils o la desjudicialización del escenario catalán van a ir directamente a la papelera de reciclaje. Hacerlo, sin embargo, supone que todos esos compromisos se van a dar y seguro que muchos más: ¿cuántos? Todos aquellos que permita la Constitución que todas sus señorías, sin excepción, prometieron o juraron con mayor o menor entusiasmo el pasado 17 de agosto.

            La derecha, desnortada definitivamente y sorpresivamente dividida, ha comenzado a advertir de los terribles males que nos acechan si se produce el escenario anterior, comenzando evidentemente por la destrucción de España. Será necesario que le sigamos recordando a PP y a VOX que Cataluña hoy está muchísimo mejor que en 2017 cuando gobernaba el PP, que ETA no existe por mucho que se empeñen y que Bildu y ERC son partidos legales y bastante más constitucionalistas que ellos cuando apoyan leyes importantes para la estabilidad social a las que la derecha se opone, que el sanchismo ha generado muchos puestos de trabajo y riqueza durante estos cuatro últimos años y que Perro Sanxe es un Presidente reconocido y valorado fuera de nuestras fronteras muy por encima de los anteriores. Hay que seguir diciéndole a PP y a VOX, su socio de gobierno en cuatro comunidades autónomas, incluida desgraciadamente Aragón, que la España una, grande y libre que propugnan no es la real y que la defensa de este modelo es el que precisamente puede destruir España. Hay que decirles que dejen de mentir y de crear escenarios de crispación e incluso de odio y que se pongan en modo constructivo, si es que saben hacerlo, que ya empiezo a dudarlo.

            Pero además, estoy convencido de que habrá gobierno progresista de coalición porque PP y VOX, el pasado 17 de agosto, advirtieron que ya estaban en la oposición y comenzaron a actuar como tal. ¿Alguien puede creerse que VOX no vota a Cuca Gamarra y decide hacerlo por su propio candidato por un puesto en la Mesa del Congreso? Alguna excusa tenían que dar, pero esa no cuela, porque lo que realmente ocurrió es que percibieron que se había conformado una mayoría de gobierno y que ellos tenían que pasar a la oposición marcando perfil propio desde ese mismo momento. Ni nacimos ayer, ni nos pueden seguir considerando tan ingenuos.

Pero que se ven de nuevo en la oposición lo indicaban sobre todo las caras de Feijóo y de Cuca Gamarra. La cara es el espejo del alma, dicen, y en este caso toda España vio la cara de Feijóo similar a la del boxeador sonado por los múltiples crochets recibidos en el Congreso, al que se sumó el uppercut que eldiario.es adelantó ese mismo día y que posteriormente confirmaron el resto de medios, denunciando que a los 70.000 euros como Senador y a los 39.000 que había recibido del PP y que él dijo y redijo que eran todas sus retribuciones, había que sumar otros 32.000 euros del grupo parlamentario. Una nueva mentira a añadir a la ristra interminable de las que pronunció en campaña electoral. Feijóo está sonado y muy posiblemente necesitado de inmediata terapia.

            Pero aún era más significativa la cara de Cuca Gamarra. En la mañana del sábado 19 de agosto pedaleaba con varios amigos del Club Ciclista Tarazona por los magníficos alrededores turiasonenses y hablando de este tema me he referido al aspecto tenso y circunspecto de Gamarra transmitiendo mucho más mal fario del que normalmente trasluce. «¿Circunspecto?» me cuestiona uno de mis amigos compañero de fatigas durante muchos años, «Con ese morro ‘preto’ que tuvo toda la mañana, indicaba su descoloque total y absoluto». «Querrás decir prieto», le maticé a mi amigo. «Aquí decimos morro ‘preto’ y ese fue el de la Cuca».

            Volveremos a ver las mismas caras el próximo mes de septiembre en la sesión de investidura que cortésmente le ha permitido el Jefe del Estado cuando, en segunda votación, Feijóo siga teniendo 178 votos en contra, constatándose por tercera vez que mientras VOX sea su pareja de baile seguirá estando en minoría. Entonces será el momento de Pedro Sánchez.

Lo ha vuelto a hacer

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Publicado en El Periódico de Aragón el 26 de julio de 2023

Con estas palabras  del titular comenzaba su artículo “Manual de persistencia”, publicado en EL PERIÓDICO DE ARAGÓN el lunes 24 de julio, mi amigo José Mendi,refiriéndose a la capacidad de Pedro Sánchez para resistir y seguir ahormando voluntades en torno a un proyecto de modernidad y de progreso para España. Los enanos afeitados y miopes de la canción de Sabina no han podido con el “Gulliver Sánchez” que retraté con este título, en estas mismas páginas hace un mes, a pesar de que lo han acusado hasta de ser el loco en el país de los cuerdos. No lo han conseguido.

            Y no lo han hecho por dos razones fundamentales. La primera, porque los votantes del PSOE y de SUMAR nos hemos animado mutuamente a votar a uno u otro partido sin codazos, con generosidad y altura de miras, porque sabemos que ambos proyectos son necesarios para seguir configurando un Gobierno Progresista en nuestro país. Por primera vez en muchos años y espero que así siga siendo, no hemos escuchado descalificaciones groseras hacia el PSOE por parte de su izquierda, ni viceversa. Y muestra de ello fue el magnífico debate electoral en TVE, la cadena pública de todos, en el que Pedro Sánchez y Yolanda Díaz manifestaban mucho más que unas enormes coincidencias políticas, frente a una extrema derecha desorientada y una derecha extrema ausente. Y la segunda, porque las urnas expresaron con claridad el 23J que vivimos en una España multicolor, diversa, plural e intercultural en la que las opciones políticas que también representan estos valores han obtenido 26 escaños decisivos que nunca apoyarán el modelo de país excluyente e insolidario que simboliza PP y VOX. Para poder gobernar la España de hoy hay que saber conjugar los intereses sociales y los territoriales. Y eso solo sabemos y podemos hacerlo desde el PSOE y SUMAR.

Hay partido y lo vamos a ganar. Fue la última frase de otro artículo mío, publicado aquí el pasado 2 de junio, analizando los resultados electorales de la izquierda en las elecciones municipales y autonómicas que a mi juicio no auguraban un futuro en las generales tan pesimista como el que inicialmente se podía prever. Y efectivamente, el 23J se ha cumplido mi pronóstico. Recordemos que en las doce comunidades donde se celebraron elecciones el 28M para sus parlamentos autonómicos el PSOE tan solo perdió un 1,5% de los votos y un 5% de representación, frente a una merma del 43% de votos y el 64% de diputados que simultáneamente dilapidó Podemos e IU, juntos o por separado. El poder territorial de la izquierda se perdió básicamente por la debacle de Unidas Podemos. De haberse mantenido ese contexto en las elecciones generales, con un deterioro evidente de la imagen de Podemos y de sus líderes más representativos, que venían perdiendo cientos de miles de votos desde 2019, hoy Unidas Podemos se habría quedado, en el mejor de los escenarios dibujados por la ley D´Hont, con tan solo 12 diputados de los 35 que tenían, lo que hubiera imposibilitado cualquier alternativa progresista. Sin embargo, el nuevo partido SUMAR ha obtenido 31 diputados gracias a ese ilusionante proceso de unidad y de ausencia de ruido que ha conseguido imprimir la Vicepresidenta. Y el PSOE, no solo no ha perdido los miles de votos y decenas de diputados que le auguraban las múltiples encuestas privadas que han fallado más que una escopeta de feria y bastante más que el CIS —háganselo mirar— sino que ha aumentado dos escaños, hasta 122 y casi un millón de votos.

El PP clamará en el desierto argumentando que le corresponde gobernar por ser el partido más votado. Seguirá ejerciendo su permanente cinismo. Porque el partido más votado en las autonómicas andaluzas de 2018, con Susana Díaz al frente, fue el PSOE y en las autonómicas madrileñas de 2019 con Ángel Gabilondo o en las castellano-leonesas con Luis Tudanca también fue el PSOE. Y sin embargo el PP no tuvo ningún empacho en pactar con el extinto Ciudadanos y con VOX para gobernar ellos y no la lista más votada. Pero es que en el Ayuntamiento de Madrid, en 2019, la lista más votada fue la encabezada por Manuela Carmena de Más Madrid, lo que no impidió que el PP pactara con VOX y Ciudadanos para que Martínez-Almeida consiguiera la alcaldía. Y en 2023 ha sucedido lo mismo en Canarias, en Valencia, en Extremadura y en decenas de ayuntamientos donde el PSOE era mayoritario. En nuestro sistema político no gobierna la lista más votada, sino aquella que consigue un mayor número de apoyos parlamentarios. El señor Feijóo, si es cierto que cursó Derecho con mayor aprovechamiento que su antecesor en el cargo, debería saber que este principio jurídico es de 1º de Derecho Constitucional.

Queda mucho trabajo, claro está. Primero conseguir la presidencia del Congreso de los Diputados. Y después revalidar el Gobierno Progresista de Coalición que mayores y mejores derechos ha conseguido para España en unos años extraordinariamente difíciles. Los mantras de la derecha: ETA, Indultos, Sedición, Malversación, Sanchismo, están ya amortizados. Los españoles hemos dicho claramente que eso ya no influye en nuestras decisiones colectivas. Nuestro voto el 23J demuestra que hemos desenmascarado las mentiras de la derecha y sus políticas de odio. Es la hora de la negociación entre todos aquellos que seguimos apostando por una España plural y progresista, con transparencia y sin complejos de ningún tipo. Continúa el partido y lo vamos a seguir ganando.

Gulliver Sánchez

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Publicado en El Periódico de Aragón el 21 de junio de 2023

«Un día los enanos se rebelarán contra Gulliver. Todos los hombres de corazón diminuto, armados con palos y con hoces asaltarán al único gigante con sus pequeños rencores». Permítaseme utilizar esta letra de la canción Gulliver de Joaquín Sabina para intentar entender las razones que alientan ese odio exacerbado e irracional hacia el presidente del Gobierno y secretario general del PSOE, Pedro Sánchez.

Las descalificaciones al presidente del gobierno son una constante a lo largo de toda la legislatura. Trascienden la lógica del debate democrático. Van mucho más allá de las críticas legítimas de la oposición hacia las decisiones del gobierno y de su presidente y descienden a la cloaca de los insultos ad hóminem siempre injustificados e injustificables. Los líderes de la derecha y de la extrema derecha no han tenido ningún recato en pronunciarlos en sede parlamentaria; la caverna mediática los ha reproducido y amplificado en sus medios en demérito del periodismo y de sus profesionales y a continuación las redes sociales se han llenado de esta basura dialéctica.

La gota que colmó el vaso de mi indignación vino de la mano del artículo “Cumplir la penitencia” publicado el 12 de junio en El País y firmado por Juan Luis Cebrián, director en los años ochenta de ese gran periódico, en el que además de llamar narcisista a Sánchez le deseaba que perdiese las elecciones. Una opinión lamentable maravillosamente contestada el domingo 18 de junio en las páginas de EL PERIÓDICO DE ARAGÓN con una prosa brillante e irónica por nuestro autor y director de teatro Rafael Campos. El 13 de junio asistí en la Biblioteca de Aragón a la charla coloquio “Perspectivas de futuro político tras el 28M”, organizada por el colectivo Pensamiento Crítico, que impartió mi politóloga de cabecera Cristina Monge y una de las múltiples preguntas que se suscitaron giró en torno a la dificultad que supone para alguna gente la identificación con Pedro Sánchez. El mismo día, John Carlin publicaba en La Vanguardia el artículo “Pep Guardiola, Pedro Sánchez y el odio español” en el que relaciona a ambas personalidades destacando su relevancia en la prensa internacional y el cariño que se les profesa más allá de los Pirineos frente al odio interior. De hecho, explica Carlin que la prensa deportiva española ninguneó a Guardiola tras la reciente victoria del City en la Champions frente a la enorme consideración internacional del entrenador en toda la prensa mundial.

Y sin embargo, a pesar del odio, nadie puede poner en duda la notoria solvencia de Sánchez en el uso de la palabra, su indiscutible conocimiento de la realidad política y económica de España, el tremendo cuajo del que ha hecho gala para resolver tantos problemas sanitarios, sociales, laborales y económicos en estos cinco últimos años en los que hemos sufrido una secuela de las siete plagas de Egipto y su enorme proyección internacional para lo que su uso fluido del inglés es, sin duda, un elemento importante. Y además, para mayor disgusto de sus detractores, es alto, guapo y sabe estar en todo tipo de escenarios nacionales e internacionales.

Estoy convencido de que España no es un país de catetos ni está habitado por los liliputienses de la canción de Sabina. Tampoco está afectado por el pecado original de la envidia al que alude Carlin en su artículo y que él mismo cuestiona y niega del carácter español, aunque como también sigue diciendo: «Pero igual se trata de un problema mío de ceguera, de no querer pensar mal de mi gente favorita del mundo». Es cierto que Pedro Sánchez no es representativo del español medio con el que identificarse fácilmente y que se asemeja más a ese tipo de líderes con capacidad de mantener relaciones al máximo nivel en Europa, con Estados Unidos o con China. Es cierto también que ninguno de los presidentes anteriores a Sánchez ha tenido esa proyección internacional y esa capacidad de influencia en las grandes decisiones que tanto han beneficiado a España y a los españoles entre las que la llamada excepción ibérica y la aprobación de los fondos Next Generation son especialmente relevantes. E igual de cierto debería ser que los españoles estuviéramos orgullosos de que nuestro presidente se moviera fuera y dentro de nuestras fronteras patrias con tanta solvencia.

Y sin embargo, muchos españoles no solo no se identifican con esos valores sino que los desprecian y quieren acabar con él. Sabina sigue diciendo: «Pobre de ti Gulliver. El día que todos los enanos unan sus herramientas y su odio, sus costumbres, sus vicios, sus carteras, no podrán perdonarte que seas alto». No solo hablo de Pedro Sánchez, querido lector,porque el Gulliver sabiniano no es una persona sino un proyecto de modernidad, de cultura, de reconciliación, de respeto a la diversidad, al medio ambiente, de igualdad entre hombres y mujeres, de solidaridad intergeneracional y piensan que destruyendo a Sanchez acabarán con ese proyecto. El 23J los españoles podemos frenar ese proceso de destrucción que ya ha comenzado en Castilla y León, en el País Valenciano y en 140 ayuntamientos que van a ser gobernados por el PP y VOX. Aunque quizá piensan también que Sánchez y los que defendemos ese proyecto de España no somos españoles de verdad. Pues como finalmente dice Carlin en el artículo citado: «Si es así, yo me quedo con los de mentira».

Elecciones generales: hay partido

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Publicado en El Periódico de Aragón el 2 de junio de 2023

Una excelente decisión la de Pedro Sánchez convocando elecciones generales para el 23 de julio. El PP y Vox la aplauden pero me consta que lo hacen con la boca pequeña de quienes saben que los números no les dan para llegar al mítico 176 que permite formar gobierno. A la derecha y a la extrema derecha les hubiera encantado haber dispuesto de más tiempo para seguir socavando al gobierno de coalición a la vez que formaban los suyos tras sus indiscutibles resultados electorales del pasado 28M. Y a la izquierda del PSOE también les coge con el pie cambiado porque la apuesta de Yolanda Díaz y su proyecto Sumar aún estaba en fases iniciales y ahora toca correr integrando a Podemos en el nuevo proyecto sin disonancias ni codazos que le resten credibilidad.

El PSOE ha perdido poder institucional autonómico después del 28M. Pero la razón no hay que buscarla tanto en su propia pérdida de votos y de escaños que es mínima como veremos, sino en la de sus socios Podemos e IU concurriendo juntos o por separado. En las doce comunidades autónomas donde se acaban de celebrar elecciones, el PSOE pierde 49.377 votos  y 12 diputados respecto de los 3.174.712 votos y 238 diputados que tenía anteriormente, mientras que Podemos-IU pierden 420.562 votos y 32 diputados de los 978.899 votos y 50 diputados que habían obtenido en los comicios anteriores. Esta sangría de votos que los ha hecho desaparecer de los parlamentos de Baleares, Canarias, País Valenciano y comunidad de Madrid, dejándolos con una presencia testimonial en el resto, es la que ha llevado a dirigentes como el exjuez, vicepresidente balear y miembro de Unidas Podemos, Juan Pedro Yllanes, a pedir la dimisión de Echenique, Belarra y Verstringe, responsables a su juicio de semejante debacle.

            No creo que sea este el momento de pedir dimisiones de la cúpula de Podemos por mucho que se lo merezcan, sino de exigirles que sin más aspavientos ni altisonancias infantiloides se integren en Sumar, junto con el resto de organizaciones existentes en ese espacio político a la izquierda del PSOE o se hibernen al modo de Ciudadanos antes de que el electorado los reduzca a la irrelevancia más absoluta.

             La noche del 28M me fui a la cama apesadumbrado, percibiendo una avería en la izquierda que nos condenaba al gobierno de PP-VOX en muchas comunidades y ayuntamientos a la vez que, inconscientemente, había asumido el marco dibujado por la derecha y sus medios de comunicación afines de que esa misma realidad sería la que seis meses después se iba a repetir en el gobierno de España. Sin embargo, cuando en la mañana del lunes analizo la avería plaza a plaza y comunidad a comunidad, compruebo que la vía de agua es mucho menor que la que me quieren hacer creer y que queda mucho partido por jugar. Percibo que el PSOE se mantiene fuerte en todo el territorio y que a su izquierda se está conformando un proyecto liderado por una de las mejores ministras que tiene el actual gobierno progresista de coalición. Y en medio de mis sumas y restas, concentrado en los datos electorales, me comunican que el Presidente del Gobierno disuelve las Cortes y convoca elecciones generales para el 23 de julio.

            Una decisión tan oportuna como valiente y necesaria para terminar de una vez por todas con la crispación permanente a la que nos tiene sometidos la derecha y la extrema derecha hablándonos de una ETA que afortunadamente ya no existe, de un pretendido pucherazo electoral reducido a cuatro presuntos delincuentillos de diferente pelaje político incluido el PP, de la quiebra de una España cuyas grietas solo las perciben ellos, de delincuentes que aterrorizan las calles de nuestras ciudades por las que solo deben transitar las gentes de derecha ya que los demás no los vemos o de los miles de inmigrantes ilegales que invaden un país tan necesitado de mano de obra. Es increíble porque a la vez que mienten o exageran con esas pretendidas calamidades, niegan que la inflación está bajando considerablemente y es la menor de Europa, que tenemos el mayor número de trabajadores dados de alta en la Seguridad Social de toda la historia de España —más de veinte millones—, que los empresarios y los sindicatos han pactado una subida salarial del 10% para impedir la pérdida de poder adquisitivo de las familias, que el tope del gas ha ahorrado dos mil millones de euros a los consumidores, que nueve millones de jubilados y pensionistas han visto incrementada su pensión un 8,5% igual que la inflación acumulada de 2022, que hay cuatrocientas mil familias más que están protegidas por el ingreso mínimo vital, que los trabajadores ganan 265 euros más al mes que hace cuatro años gracias al aumento del salario mínimo, que hay dos mil millones más para becas y además un millón de estudiantes cuentan con una ayuda complementaria a su beca, que el empleo temporal entre los jóvenes menores de 30 años se ha reducido del 60 al 36%, que los contratos indefinidos llegan al 84%, catorce puntos más que antes de la Reforma Laboral, que…

            No. De estas cosas no habla la derecha ni la extrema derecha. No les interesa porque sus mentiras y exageraciones les proporcionan rédito electoral y porque nunca reconocerán que este gobierno progresista de coalición ha sacado a España adelante sin dejar a nadie atrás a pesar de pandemias, volcanes y guerras. Eso nunca lo admitirán porque su política es muy mezquina. Pero yo sí lo reconozco y me gustaría que mis vecinos y amigos también lo supieran y lo valoraran.

            Hay partido y lo vamos a ganar.

El 28 de mayo nos jugamos los avances en Educación

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Publicado en El Periódico de Aragón el 21 de mayo de 2023

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La Educación aragonesa hoy no la conoce ni la madre que la parió. Permítasenos parafrasear a Alfonso Guerra para establecer una visión comparativa entre la Educación que recibimos en septiembre de 1998 cuando se firmó la transferencia educativa y el día de hoy.

            Eliseo Moreno, Carlos López y Manuel Martínez, sindicalistas de enseñanza de CSIF, UGT y CCOO respectivamente, si algo conocemos es el sistema educativo aragonés que ayudamos a construir desde el campo sindical. Éramos los máximos responsables de nuestros sindicatos cuando recibimos la competencia educativa de manos del Gobierno de José Mª Aznar que, entre 1996  que ganó las elecciones y 1999, dejó los centros públicos aragoneses en una situación de deterioro total por los inmisericordes recortes de profesorado y de recursos materiales. Fue una operación milimétricamente diseñada por el PP para intentar negociar una transferencia educativa a la baja.

            Afortunadamente, en 1999 ganó las elecciones autonómicas el PSOE de Marcelino Iglesias que presidió el Gobierno de Aragón hasta 2011 y de 2015 hasta hoy las ha ganado Javier Lambán que así mismo preside nuestro gobierno autonómico. El PP de Luisa Fernanda Rudi tan solo ha desgobernado Aragón y en particular su Educación, en el período 2011-2015 en el que de nuevo sufrimos enormes recortes educativos y cierres de centros, casualmente todos ellos públicos.

            En el período 2000-2008 en el que básicamente coincidimos los tres sindicalistas firmantes de este artículo, conseguimos duplicar el presupuesto educativo recibido en la transferencia, lo que nos permitió negociar con el Gobierno de Aragón un plan de infraestructuras que conllevó la construcción de sesenta nuevos centros de enseñanza pública y la reforma y ampliación de otros cien; se crearon más de dos mil plazas fijas de profesorado gracias a aquel magnífico acuerdo de plantillas que firmamos en febrero de 2000 y salieron a oposiciones cuatro mil nuevas plazas de funcionarios docentes. Firmamos dos grandes acuerdos de homologación retributiva y otros muchos que mejoraron sustancialmente las condiciones laborales del profesorado: licencias por estudio, año sabático, concursillo, acción social, salud laboral, distribución equilibrada de la diversidad, etcétera.

            Durante los cuatro años de sequía del Gobierno de Rudi nuestros sindicatos no pudieron firmar nada positivo para la Enseñanza Pública, lo que motivó que estuviéramos permanentemente en la calle contra las políticas nefastas de aquel Gobierno que recortaba en la Pública para desviar fondos hacia la Privada.

            El Gobierno presidido por Javier Lambán ha vuelto a demostrar que a la Educación, sobre todo a la Pública, le va mucho mejor desde las políticas progresistas que desde las conservadoras. Y así, en estos ocho últimos años, el Departamento de Educación del Gobierno de Aragón ha conseguido revertir los recortes de los cuatro años anteriores aumentando en un 44% su presupuesto, llegando en 2023 a los mil doscientos millones de euros. Gracias a ello se han construido en Zaragoza capital siete nuevos centros y se han ampliado o reformado otros dieciocho. Dieciséis colegios e institutos de la provincia de Zaragoza, once de Huesca y cuatro de Teruel también han experimentado reformas estructurales importantes. La enseñanza Pública aragonesa cuenta con 2.500 nuevos docentes y se ha retomado la negociación colectiva mejorando las condiciones de trabajo del profesorado mayor de 55 años; se ha firmado la reducción de horas lectivas del profesorado de Secundaria y, por primera vez en toda su historia, la carga lectiva del de Infantil y Primaria. Estas mejoras deben completarse en breve plazo con la necesaria homologación retributiva del profesorado para lo que la unidad sindical será determinante, como lo fue hace casi veinte años, cuando firmamos la última. Nos satisface enormemente la apuesta por la escolarización temprana en la red pública de todos los niños y niñas de 2 añitos, así como el apoyo a las escuelas infantiles municipales que escolarizan el tramo 0-3 años. E indudablemente, para homologarnos con Europa apoyamos sin reservas la apuesta de nuestro Gobierno por la Formación Profesional con una inversión de más de 220 millones de euros hasta 2024 para la digitalización del sistema productivo y la cualificación de 200.000 jóvenes aragoneses en sectores clave de la economía aragonesa, con 100 nuevas titulaciones y un aumento de 6.000 plazas en la FP reglada en esta última legislatura. Podríamos seguir hablando de becas de comedor que se conceden incluso durante el verano a la población más vulnerable, de ayudas en material escolar, de enseñanza bilingüe y de tantas otras pequeñas y grandes actuaciones en materia educativa del Gobierno de Aragón.

            La última campaña de matriculación ha reflejado el descenso demográfico en nuestra comunidad, un descenso que no tiene que repercutir solo en la escuela pública para lo que es necesario el mantenimiento del equilibrio actual entre las dos redes sostenidas con fondos públicos.

No queremos acabar este artículo sin hacer una referencia a la capacidad de Javier Lambán para haber formado un gobierno de coalición que ha funcionado con unidad, experiencia que nosotros tres supimos imprimir también a nuestra acción sindical unitaria en un período que generó los mayores avances en la Educación Pública aragonesa. Sigamos así a partir del 28 de mayo.

Carlos López, exsecretario general de FETE-UGT, Eliseo Moreno, expresidente nacional de Enseñanza de CSIF y Manuel Martínez, exsecretario general de Enseñanza de CCOO Aragón

El Ayuntamiento de Litago construye un monolito-homenaje a Más Birras

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El pasado 24 de septiembre de 2022 se inauguró un monolito conmemorativo del disco Al este del Moncayo de Más Birras construido por el Ayuntamiento de Litago en el mismo lugar donde se hizo la fotografía de la portada del estuche de este magnífico mini LP del grupo de rock and roll aragonés Más Birras.

La fotografía es de Gonzalo Bullón, un fotógrafo zaragozano que comenzó profesionalmente en 1976 y cuyo estudio está especializado en todo tipo de fotografía: retrato, industria, arte, arquitectura, teatro o publicidad.

Al Este del Moncayo fue un mini LP que Más Birras grabó en 1987, después del maxi Apuesta por el rok and roll y de su primer trabajo que fue una cassette homónima. Al Este del Moncayo contiene seis canciones emblemáticas de Más Birras: «Apuesta por el rock and roll», «Maldita sea mi suerte», «Tren de medianoche», «Esa chica llamada Soledad», «El siguiente eres tú» y «Moliendo café» y fue publicado por el sello aragonés “Grabaciones Interferencias” creado en el verano de 1987 por  Inmaculada Mendoza, Miguel Goyanes y Luis Linacero.

El monolito de Litago se encuentra en la carretera que va desde Litago hasta el Parque Natural del Moncayo, en la ubicación que puedes encontrar en el siguiente código QR.

Ubicación del monolito
Al Este del Moncayo

Lugar donde se hizo la fotografía de portada de Al Este del Moncayo

El acto de inauguración del monolito que en definitiva fue un homenaje a Más Birras fue presidido por el Alcalde de Litago, Rafael Ávila —segundo por la derecha en la fotografía— y contó con la presencia de nuestros Birras Mariano Ballesteros, Víctor Jiménez y Miguel Mata —de izquierda a derecha en la foto— acompañados por buenos amigos de siempre entre los que se encontraba, precisamente, su amigo y editor Luis Linacero. La presentación del acto inaugural corrió a cargo del escritor y periodista aragonés Miguel Mena, otro enamorado del Moncayo.

Miguel, Víctor y Mariano – Más Birras

Luis Linacero, Miguel Mata, Jorge Martínez, Víctor Jiménez, Mariano Ballesteros y sobre el monolito el nuevo Birras, con un mes y medio de vida Manuel Martínez Pibernat

Finalizado el acto inaugural Mariano Ballesteros al saxo, Julio Calvo a la guitarra solista y Jorge Martínez a la voz y guitarra rítmica, en la plaza de Litago y en directo hicieron Otra Ronda más de Más Birras que, evidentemente, ni es la primera, ni será la última.

Como no puede ser de otra manera el concierto terminó con ¡Oh Ana!
Y poco más o menos… eso fue lo que pasó ese día

En los siguientes QR cuatro canciones de Más Birras que me gustan de una manera especial:

Apuesta por el rock and roll

Voces de Tango

Maldita sea mi suerte

Oh! Ana

Tarazona: 36 de 44 son 10.500

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Publicado en El Periódico de Aragón el 3 de febrero de 2023

La realidad presente de los pueblos y sus gentes está relacionada con su pasado, con su historia. Las personas individualmente y las sociedades, colectivamente, construimos nuestro futuro a partir de las decisiones que vamos tomando en nuestro presente y este será mejor, cuantas más decisiones acertadas hayamos tomado en nuestro pasado y será peor, en caso contrario.

       Treinta y seis de cuarenta y cuatro es parte del titular de este artículo. Desde aquel lejano 3 de abril de 1979, en el que se celebraron las primeras elecciones municipales democráticas tras el restablecimiento de la democracia, han pasado 44 años y de ellos, 36 son los que hasta hoy lleva gobernando la derecha política en Tarazona, la quinta ciudad de Zaragoza y la décima de Aragón por número de habitantes descontadas, claro está, las capitales de provincia.

            Uno de los indicadores de que los pueblos y ciudades tienen vida y por tanto futuro está relacionado con su población. Y esa es la segunda parte de este artículo: hoy somos poco más de 10500 los habitantes que actualmente estamos empadronados en la ciudad del Queiles, frente a los 11200 censados en 1979, hace 44 años. Entonces, Tarazona era la tercera ciudad de Zaragoza y la séptima de Aragón.

Evidentemente, estos datos no me los invento yo: son datos oficiales del Instituto Nacional de Estadística —INE— que nos sigue informando que de esos 10500 turiasonenses actuales, 1300 son personas que han venido de otros países, fundamentalmente Ecuador, Marruecos, Rumanía, Colombia, Argelia o Perú, por este orden en cuanto a número de personas de estos países, entre otras veintiuna nacionalidades más. El INE lógicamente no realiza ninguna valoración, pero yo sí me permito afirmar que, afortunadamente, la llegada de esos 1300 inmigrantes a lo largo de estos últimos años nos ha permitido mantenernos por encima de los 10000 habitantes, lo que es muy importante.

Es muy importante que Tarazona no baje de los 10000 habitantes. Y ello, no solo porque su Ayuntamiento pasaría de 17 a 13 concejales, perdiendo por tanto capacidad, iniciativa e influencia política ante otras administraciones como son la Diputación Provincial o el Gobierno de Aragón. Sino porque con ello perdería también recursos financieros de su participación en los tributos del Estado y podría ponerse en riesgo la administración de determinadas competencias de gestión propia relacionadas, sobre todo, con los servicios sociales, culturales o deportivos, tan necesarios. Pero también, por qué no decirlo, las ciudades y sus gentes manifiestan un orgullo colectivo de pertenencia a una comunidad concreta, un sentimiento que yo he percibido en las diversas poblaciones en las que he desempeñado mis tareas profesionales, políticas y sindicales, pero que en Tarazona se manifiesta de una manera especial. No cabe duda que la rica historia y el extraordinario legado recibido a lo largo de los varios milenios de su existencia, algo tendrá que ver con ese orgullo turiasonense.

¿Podría Tarazona afrontar un futuro tan brillante como su pasado histórico? Creo, sinceramente, que sí puede afrontarlo, pero no con los actuales mimbres.

El pasado 27 de enero participé en la Asamblea que celebró el primer partido de la oposición para elegir, unánimemente, a la candidata a la alcaldía. Fui conocedor en primera persona de los enormes retos a los que se enfrenta la ciudad y de las posibilidades que se están perdiendo por el camino para afrontar esos retos: un polígono industrial tan necesario para el desarrollo económico que sigue sin ser municipal a pesar de la existencia de un convenio preparado hace quince años por el único gobierno progresista que ha existido en Tarazona entre 2003 y 2007; una despreocupación absoluta hacia una oferta educativa que debe mejorar con la implantación de nuevos perfiles de formación profesional en el Instituto de la ciudad; la puesta en funcionamiento del centro de formación del profesorado que yo dirigí durante un tiempo, que el gobierno de Aragón del PP cerró en 2011 y que ya no ha abierto sus puertas, a pesar de que sí lo han hecho el resto de centros de profesores rurales de la provincia de Zaragoza; un centro asociado de la UNED que la DGA ha puesto sobre la mesa y el Ayuntamiento ha dejado escapar; unos terrenos enormes de la antigua Textil Tarazona, actualmente propiedad de nuestra empresa pública Suelo y Vivienda de Aragón cuya cesión debe conseguir el Ayuntamiento como gran parte del desarrollo económico y social de la ciudad; unas posibilidades turísticas presentes, con instalaciones en la ciudad y con un Campamento y un Albergue en el Moncayo propiedad del municipio que no se saben o no se quieren aprovechar y futuras, con un Parador de próxima apertura y, finalmente, un Casco Histórico que se hunde ante la desidia municipal que en los próximos días va a disponer de un plan director de rehabilitación contratado por el Ayuntamiento, aguijoneado por un grupo de turiasonenses amantes del Casco.

«Tarazona no recula aunque lo mande la bula». Sin embargo, treinta y seis de cuarenta y cuatro años de gobiernos de la derecha son muchos, demasiados años y estamos solo a 500 habitantes de recular bastante más.

¿Jueces machistas?

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Publicado en El Periódico de Aragón el 20 de diciembre de 2022

El pasado 7 de octubre comenzó a aplicarse la Ley de Garantía Integral de Libertad Sexual conocida popularmente como la ley del solo sí es sí. Es una ley magnífica estructurada en sesenta y un artículos, cinco disposiciones adicionales, una transitoria y veinticinco disposiciones finales. Regula la prevención de las violencias sexuales, la detección de las mismas, la sensibilización y la formación en los temas de libertad sexual, la asistencia integral y especializada de las víctimas y su protección, así como el derecho a la reparación del daño producido.

Es una ley tan ambiciosa que incide en todas las realidades de la actividad humana: la educación, la sanidad, los sectores sociales y sociosanitarios, el mundo de la empresa, del trabajo, de la administración pública, del ejército, de los medios de comunicación, de la actividad digital… Y para ello introduce modificaciones en dieciséis leyes anteriores, muchas de ellas orgánicas, tan importantes como el Estatuto de los Trabajadores, la del Derecho a la Educación, la del Estatuto Básico del Empleado Público, la General de Publicidad, el Código Penal de 1995 y el Código Penal Militar, la de Enjuiciamiento Criminal o la General de Subvenciones y otras ocho leyes más, no menos importantes que estas.

Es una ley que merece la pena ser leída por la ciudadanía en general y no solo por aquellos que podemos tener un mayor interés por el mundo del Derecho, para tener una visión cabal de la norma completa y huir de los mensajes contaminados y de los eslóganes falsos transmitidos por la derecha política y mediática española.

Es cierto que tres meses después de su publicación, lo que está quedando en el imaginario colectivo es que esta ley solo está sirviendo para rebajar las penas de los delincuentes sexuales que ya estaban cumpliendo una sentencia firme y para aplicar penas inferiores a los delincuentes futuros que se juzguen con la nueva ley. Eso ocurre en aplicación de la Disposición Final Cuarta de la ley que es la que modifica el Código Penal, manteniendo las penas máximas del delito de agresión sexual a la vez que reduce las mínimas como consecuencia de haberse incorporado el anterior delito de abuso sexual al actual y único de agresión sexual. Se amplía por tanto la horquilla entre la pena mínima y la máxima que el juez puede imponer por la comisión del delito, facilitándole con ello una mayor capacidad interpretativa.

Aquí en nuestra comunidad, EL PERIÓDICO DE ARAGÓN nos informa el día 17 de diciembre de la primera reducción de condena aplicada por la Audiencia provincial de Zaragoza a un delincuente que agredió sexualmente a una niña de 13 años y la agencia Europa Press, el pasado 14 de diciembre nos contaba que ya eran 56 las reducciones de condena en toda España, pormenorizadas por comunidades autónomas, a las que había que sumar 4 sentencias recaídas a delitos juzgados con la nueva ley. Así pues, hasta el 17 de diciembre de 2022, en dos meses y diez días de su entrada en vigor, se han aplicado 61 reducciones de condena a otros tantos delincuentes sexuales.

Los jueces son machistas se llegó a decir de manera poco reflexiva por parte de algunas personas responsables de esta ley comenzando por la ministra del ramo, Irene Montero. Y es verdad: hay jueces machistas, al igual que también adolecen de machismo algunos profesores, electricistas, abogados, albañiles, periodistas, médicos… En todas profesiones hay personas machistas, aunque estoy convencido de que cada vez somos menos los que entre nuestros deméritos hemos sido más o menos machistas. Pero, ni los 61 jueces o tribunales que hasta hoy se han visto obligados a aplicar penas menores a delincuentes sexuales son machistas ni, aunque lo fueran, hubieran podido aplicar penas inferiores si la ley no lo hubiera permitido. Los jueces están obligados a aplicar la norma penal más favorable al reo y no solo a los nuevos delincuentes, sino también a los que ya fueron juzgados con una ley más dura si posteriormente se legisla otra que les beneficia; es lo que se conoce como la retroactividad de la ley penal más favorable consagrada en el artículo 9.3 de nuestra Constitución y en el 2.2 del Código Penal.

Así pues, mi opinión es que los jueces están limitándose a aplicar la ley, reduciendo hasta ahora las penas de 61 delincuentes sexuales que, en muchos casos, son rebajas de unos pocos meses, aunque es cierto que si la pena que le resta por cumplir al delincuente es de dos años el juez puede excarcelarlo en aplicación del llamado principio de suspensión de la ejecución de penas privativas de libertad, lo que ha hecho que doce delincuentes sexuales hayan sido puestos en libertad.

Sinceramente, a la vista de estas cifras no creo que deba producirse  ningún tipo de alarma social alentada por las derechas políticas ante las sentencias de reducción de condena realizadas hasta ahora, pero como creo que la voluntad del legislador no era que se redujesen las condenas de los delincuentes, debería iniciarse cuanto antes una modificación de aquellos elementos de la ley que permiten la reducción de las penas aplicables, dejando intacto el resto de la ley que como he dicho y repito es magnífica.

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