A lo largo de cuatro entradas voy a intentar reproducir con la mayor fidelidad posible la larga conversación que mantuve el viernes día 4 de noviembre, con mi amigo Antonio (nombre ficticio) trabajador de la mayor empresa aragonesa del Metal (blanco y en botella) mientras dábamos cuenta de una buena tabla de jamón y queso regada con unos mejores caldos de garnacha aragonesa

 

–         No sé a quién votar –me espetó a bocajarro mi amigo Antonio- Estoy pensando incluso –continuó diciendo- no votar, abstenerme. No lo he hecho nunca, pero estoy tan desengañado de la política y de los políticos que creo que es lo que voy a hacer.

–         Antonio, creo que la abstención no es la mejor opción –le contesté- Incluso creo que es lo que pretenden los Mercados, los Poderes Financieros … todas esas gentes poderosas que pretenden eliminar a los partidos políticos, a los sindicatos y a toda la sociedad civil organizada para hacer y deshacer aún más libremente, sin cortapisas, sin diques que puedan contener su ansia desmedida de enriquecerse cada vez más, a costa de empobrecer a la inmensa mayoría de la población.

–         No, si eso lo entiendo. Y entiendo también que muchos luchasteis contra la dictadura y algunos perdieron incluso su vida o su libertad para que llegara la democracia y pudiéramos vivir en una sociedad libre. Pero ahora todo eso se ha olvidado, yo ya no me creo nada. El PSOE, por ejemplo …

–         “Templa” Antonio. “Templa” bien lo que dices, “templa” como los buenos toreros, que tú has votado siempre al PSOE.

–         Precisamente por eso tengo autoridad para decir que el PSOE me ha engañado, a mi y a la inmensa mayoría de la base social que lo hemos votado.

–         Si me lo permites, Antonio, creo que quien nos ha defraudado, incluso engañado como tú dices, no ha sido tanto el PSOE, sino el Gobierno de Zapatero. Yo sé de buena tinta que hay muchos militantes socialistas, entre los que tengo buenos amigos, que están tan defraudados como tú o como yo con el Gobierno de Zapatero. Aunque es cierto que el partido que apoya ese Gobierno es el PSOE y por eso sufrió una derrota sin precedentes en las Elecciones Municipales y Autonómicas de mayo y parece ser, según las encuestas, que la debacle que se le espera el próximo 20N va a ser igual o mayor.

–         Cada vez eres más “sociata” Manolo.

–         No me toques las narices Antonio. Sabes que no estoy afiliado a ningún partido en este momento y que durante más de veinte años he militado en IU. Sin embargo, sí es cierto que desde hace muchos años huyo de todo tipo de sectarismos. El sectarismo en la izquierda es letal.

–         Mira Antonio –continué diciendo- IU y CHA en Aragón, ICV y ERC en Cataluña o el BNG en Galicia han podido gobernar en Ayuntamientos y en Comunidades Autónomas. Y lo han hecho muchas veces con el PSOE. Es verdad, que lo han hecho cuando el PSOE no ha tenido mayoría absoluta, pero sí ha tenido suficiente representación para poder formar gobiernos. El Ayuntamiento de Zaragoza ahora, el de Tarazona hace dos legislaturas, la Generalitat catalana la pasada legislatura, etc, etc, son instituciones en las que el PSOE gobierna o ha gobernado con otros partidos de izquierda. Te podría poner cientos de ejemplos. Y en muy contadas ocasiones la izquierda, a la izquierda del PSOE, ha gobernado con el PP, aunque también hay ejemplos.

–         A mi, desde luego –dijo Antonio- no me gusta que identifiquen al PSOE con el PP. PPSOE lo llaman. Me recuerda aquel discurso de Julio Anguita de los años noventa que situaba a IU como la única fuerza política de izquierdas en una orilla y en la otra estaban todos los demás, sin ningún tipo de matices. Este discurso de “las dos orillas” le llevó a apoyar gobiernos del PP en muchos Ayuntamientos, sobre todo de Andalucía, donde podía haber gobernado la izquierda.

–         Más que apoyar, yo diría que pudo impedir gobiernos del PP y no lo hizo, igual que ha ocurrido en Extremadura en estas últimas elecciones autonómicas –le contesté- Y así le fue, IU se hundió en las siguientes elecciones. La gente castiga el sectarismo.

–         Bueno, entonces … si no me abstengo ¿a quién voto? –volvió a preguntarse Antonio con cara circunspecta- Porque el PP es la derecha y mi padre que en paz descanse, obrero de la construcción, siempre me decía: “hijo mío, no hay nada más tonto que un obrero de derechas”.

–         Estás “sembrao” Antonio. Otro exabrupto, como el del PPSOE de otros. ¡Anda que no hay obreros que votan al PP! ¡A montones! Si no, sería imposible que el PP ganase las elecciones. ¡Y de tontos nada, hombre! Ahora bien, es cierto que el PP representa la derecha política, en cuyo ADN está escrito la defensa a ultranza del liberalismo económico, de las privatizaciones, de las diferencias de clase … Pero atención: sin demagogias, porque también te podría poner muchos ejemplos de Acuerdos importantes que las Organizaciones Sindicales hemos firmado con Gobiernos del PP. Cuando el PP gobierna, salvo en situaciones extremas como la de la Comunidad Autónoma de Madrid, necesita “templar” también la faena y moderar el discurso.

–         Manolo, al PP no lo voy a votar, aunque solo sea en recuerdo de mi padre y al PSOE no lo tengo claro … ¡porque nos ha engañado!

–         ¡Y “duro con la empentada”! ¡Qué «cabezudico» eres «maño»!

 (Continuará el lunes día 14N)